Entrevista / Carlos Losada Marrodán
Hacia una función pública profesional
El director general de Esade, una de las escuelas de negocios más reconocidas del mundo, con base en Barcelona, Madrid y Buenos Aires, habla sobre el seguro de desempleo, la educación como motor de crecimiento y límites saludables en la función pública.
"No hay sociedad con éxito que no tenga una buena administración pública", dice en esta entrevista el español Carlos Losada Marrodán, director general de la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (Esade), que es "la primera escuela de negocios a nivel internacional", según el Wall Street Journal .
- ¿La función pública debería ser más profesional?
-No hay sociedad con éxito que no tenga una buena administración pública. El motor privado no tiene dirección sin ella. Sin un Estado, sin una administración pública eficiente, no funcionarán de manera eficiente los mercados; ni habrá crecimiento económico, ni cohesión social que permita que aquellas desigualdades del mercado puedan ser corregidas.
- ¿Qué hace a un buen funcionario público?
-En la administración pública las posibilidades de corrupción son muy altas. La elección a un cargo público debe ser por mérito y capacidad, no por amistad o afinidad política.Se trata de personas que son sometidas a la ley, pero también que tienen una cierta protección ante la presión, ante la arbitrariedad que pueda generar el político. Con este perfil de gente se puede llegar a administraciones muy eficientes, como en Finlandia, Dinamarca, Holanda. Y aquí tienen ustedes unos vecinos, los chilenos, que tienen una administración pública envidiable. Después, hay que sostener su continuidad. Por ejemplo, en Suecia, después de aproximadamente 40 años de gobierno de la socialdemocracia, ha ganado un partido conservador liberal, que cuando llegó al poder cambió sólo a 100 personas.
- ¿Y por estas latitudes?
-Si usted va a un modelo de países del Mercosur, entre un gobierno y otro cambian prácticamente todos. Con estos procesos se rompe la continuidad de las políticas públicas y se somete al funcionario al capricho, a la arbitrariedad de los políticos. La función pública debe responder al interés general, no al interés partidista.
- Mejorar la educación siempre está en el discurso político. ¿Cómo se mide en qué estado general se encuentra la educación en un país?
-Hay un informe que cada año elabora la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD), que se llama el informe PISA. La Argentina no participa, pero sí México, Canadá, España, Italia, Estados Unidos, y una cantidad de países más. Ellos tienen este programa, a través del cual se conciertan en los colegios privados y estatales de manera inesperada exámenes estandarizados muy parecidos en diversos países. El examen es voluntario y anónimo. Así se mide el nivel comparado que tienen distintos países y sectores. A España no le va muy bien.
- ¿Qué se hace para acelerar la recuperación económica? ¿Cómo se sale de esta crisis?
-A corto plazo, hay que estimular la economía. También debe funcionar bien el seguro de desempleo. En España es relativamente protector, dura 18 meses. El monto depende de varios factores; por ejemplo, cuánto tiempo se lleva trabajando. No llega al 100% del sueldo, pero puede llegar a cantidades altas. De todas maneras, no tener trabajo no deja de provocar en la persona un impacto negativo, aunque haya seguro de desempleo. Nosotros no tenemos el modelo más idóneo.
- ¿Cuál sería el seguro idóneo?
-Aquel en el que la persona prácticamente gana lo mismo que ganaba antes, a cargo en un 100% del Estado. Pero en cuanto hay una oportunidad de trabajo y no se accede a ella o no se acepta, se pierde el seguro de desempleo y se va a una renta mínima de subsistencia. Esto hace que, por un lado, haya una red social muy importante que permite que la gente no entre en situaciones graves; pero, por otro, que no se desaprovechen oportunidades para trabajar. El problema de los modelos hiperprotectores hace que la persona prefiera quedarse con el seguro de desempleo en vez de obtener trabajo.
- ¿Qué otras medidas se pueden tomar en esta crisis?
-Hay que estimular la economía con un incremento del gasto público, pero no sólo en obra pública; que, dicho sea de paso muchas veces se hace sin la necesidad real de esa obra. En economías desarrolladas, los factores que mejoran la productividad son elementos vinculados con la educación, la ciencia y la tecnología.
- ¿Qué sucede con la gente que es un poco mayor, digamos de 40 años para arriba?
-En muchas ocasiones se realizan jubilaciones anticipadas, a partir de los sesenta y tantos. Para la gente más joven, se pueden poner en marcha incentivos para que las empresas contratan a gente de determinada edad, por ejemplo a través de la reducción de las cargas sociales. De todas maneras, el único arreglo que tiene el desempleo es la creación de empleo. Por eso es fundamental estimular para que se creen más empresas y que las que existen, crezcan.
- ¿De qué manera?
-Hay empresarios de todos los pelajes; es decir, están los sinvergüenzas y está la gente, que es realmente lo mejor que puede tener un país. Aclarando esto, tener un país con capacidad emprendedora, con espíritu emprendedor, es un activo. Y el país que más bien está obsesionado por que sus hijos sean funcionarios o vivan del Estado tiene un gran lastre encima como para poder crecer.
- ¿Cuáles son para usted las carreras del futuro?
-Yo diría que en los países con cierto nivel de desarrollo, las carreras técnicas son muy importantes. En España tenemos un déficit importante en ingenieros y tecnólogos. De hecho, si uno mira las políticas de inmigración de Estados Unidos o de la Unión Europea, es sorprendente ver que los visados se orientan a este tipo de profesiones: informáticos, ingenieros industriales; y también, sobre todo en Europa, enfermeras y médicos, que son profesiones en las que habrá carencias.
- Como especialista en liderazgo, ¿cuáles son las capacidades que hoy se requieren en este contexto de crisis mundial?
-La capacidad de gestión de las habilidades interpersonales. Si uno analiza un puesto directivo un 80 o 90% de su tiempo está dedicado a la relación con otros. Tiene que haber entonces capacidad de convicción, de negociación, capacidad de resolución de conflictos, liderazgo. Otro factor es que antes la formación directiva era muy limitada, hoy cada vez las organizaciones y tecnologías son más complejas. Las capacidades intelectuales, de análisis, solidez, síntesis para ver un problema y proponer soluciones. Son habilidades cognitivas cada vez más importantes. Y detrás de esto, tiene que haber un proceso de autoconocimiento de las habilidades; las debilidades; el carácter; qué genera seguridad y qué genera inseguridad. Esta tercera habilidad entonces es el autoconocimiento, la introspección, que permitirá mejorar sensiblemente el resto de las habilidades.
-¿Es bueno que un directivo esté en contacto con la plana menor?
-En general, los entornos directivos están sometidos a mucha presión y el directivo tiende a aislarse. Creo que es un error. Creo que es bueno que el directivo, de una manera sistemática, conozca la realidad, desde los vendedores hasta los operarios de la fábrica, y tenga contacto con ellos. Pero que lo haga sistemáticamente no quiere decir que lo haga frecuentemente. Es un error tener un exceso de frecuencia en esas actividades porque, entre otras cosas, deslegitima a los mandos intermedios, e incluso podría ser sometido a requerimientos puntuales, y él tiene una función global. Pero no es bueno desconectarse de la realidad cotidiana del negocio.
-¿Qué posibilidades de empleo, presentes y futuras, brindan las energías alternativas?
-Cuando me referí a tecnólogos, ahí están ingenieros especializados en energías alternativas. Hoy por hoy, las energías alternativas son muy caras y no lo suficientemente inteligentes. Un megavatio producido por un sistema convencional puede costar unos 40 euros; producido por la energía eólica, unos 70 euros, y por la solar, 250 euros. En los países europeos esa diferencia está subvencionada por el Estado. El mundo necesita, sin duda, si quiere progresar económica y socialmente, usar energía sostenible y poco contaminante. Este tipo de energía difícilmente se producirá antes de 10 o 20 años. Probablemente sea la energía nuclear la menos mala a corto plazo.
-¿Cómo evalúan al argentino desde España?
-En general está muy bien valorado, por formación, por su capacidad para adaptarse, por cultura compartida. Hay una visión de un argentino que cuando llega a España tiene muchas ganas de progresar, de ir para adelante, de luchar mucho, lo que es muy bueno.
-Ahora las políticas para que los inmigrantes puedan trabajar en España están mucho más limitadas.
-Y van a seguir estando, ya que hay un nivel de desempleo muy alto en España. Está rondando el 20% aproximadamente. La recuperación se da en España de manera más tardía que en otros países de Europa.
-¿Por qué?
-España no ha invertido en hipotecas basura; sin embargo, se han concedido muchos créditos hipotecarios, que hoy no podrán ser devueltos. El modelo de crecimiento español se ha asentado en el sector de la construcción, entre otros. Hasta hace poco, todos los países de Europa sumados construían menos que España sola. Hoy tenemos un nivel de actividad inmobiliaria cercano a cero, con más de 800.000 viviendas pendientes de ser vendidas. Hasta que no se limpie el conjunto de hipotecas y el stock de viviendas es difícil que la recuperación económica sea fuerte. Estimo que la recuperación empezará dentro de un año, y será progresiva.
-Dentro de una empresa, ¿qué cargo tendrían los reyes?
-Presidente no ejecutivo. Representa al país, favorece las relaciones internacionales, arbitra. La corona da estabilidad, continuidad. Necesita el apoyo de la gran mayoría de la sociedad, y no pertenece a ningún partido político completo. Pero el poder real lo ejerce, sin duda, el gobierno español.
Paula Urien
LA NACION
martes, 26 de mayo de 2009
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