La tierra cubre completamente las botas de caucho de Segundo Melena. Sus pisadas dejan profundas huellas en su chacra, que hoy está seca. “Hace seis meses que no llueve y la tierra está hecha arena. Hemos perdido todo lo que sembramos”, comenta.
Melena vive junto a su esposa María Bulla, en la parroquia Valparaíso del cantón Guano, a 35 minutos de Riobamba. Tienen 10 hijos. “Todos se fueron a buscar trabajo en la ciudad. Vivimos solos. Mientras no llueva no podemos hacer nada. No tenemos qué comer”, dice el agricultor.
En dos hectáreas de terreno cultivó haba, maíz, papas, chocho y, últimamente, quinua.
Sin embargo, este año perdió casi todo. Lo único que quedó en el terreno arenoso fue el cultivo de papa.
Melena alquiló maquinaria para preparar la tierra y contrató obreros, pensando que retornarán las lluvias en noviembre. Gastó USD 900 en semilla y en abono, USD 1 200. Todo se perdió. “No sé qué hacer. Estoy desesperado, porque no llueve. Taita Dios nos está castigando”.
Análisis:
Me gusta bastante toda la descripción que hace el periodista sobre lo que está pasando con las sequías y la falta de lluvia. Él no dice; “la tierra esta seca”, sino que hace sentir al lector la tierra seca del lugar, detallando todo lo que ve a sus alrededor. Además rescata una historia que no todos conocen y que es importante debido a la coyuntura.
El Comercio
1/Diciembre/2009
Melena vive junto a su esposa María Bulla, en la parroquia Valparaíso del cantón Guano, a 35 minutos de Riobamba. Tienen 10 hijos. “Todos se fueron a buscar trabajo en la ciudad. Vivimos solos. Mientras no llueva no podemos hacer nada. No tenemos qué comer”, dice el agricultor.
En dos hectáreas de terreno cultivó haba, maíz, papas, chocho y, últimamente, quinua.
Sin embargo, este año perdió casi todo. Lo único que quedó en el terreno arenoso fue el cultivo de papa.
Melena alquiló maquinaria para preparar la tierra y contrató obreros, pensando que retornarán las lluvias en noviembre. Gastó USD 900 en semilla y en abono, USD 1 200. Todo se perdió. “No sé qué hacer. Estoy desesperado, porque no llueve. Taita Dios nos está castigando”.
Análisis:
Me gusta bastante toda la descripción que hace el periodista sobre lo que está pasando con las sequías y la falta de lluvia. Él no dice; “la tierra esta seca”, sino que hace sentir al lector la tierra seca del lugar, detallando todo lo que ve a sus alrededor. Además rescata una historia que no todos conocen y que es importante debido a la coyuntura.
El Comercio
1/Diciembre/2009
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