Martes 24 de marzo del 2009
Pág. 17
El incumplimiento de requisitos por parte de Colombia sigue afectando relaciones con Ecuador
Visita
Si Colombia no cumple con requisitos preestablecidos, Ecuador no entablará relación diplomática alguna.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo ayer en Asunción durante la visita de estado, con Fernando Lugo, presidente de Paraguay, que “su país sufrió un ataque de forma totalmente traicionera por parte del gobierno Colombiano”.
A partir del ataque de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a territorio Ecuatoriano el pasado 1 de marzo del 2008, las relaciones entre Colombia y Ecuador se han visto totalmente afectadas.
Correa dijo que no se pueden tolerar actitudes de esa naturaleza “pese al espíritu integrador”. Además, puso como ejemplo que si a Paraguay lo hubiese atacado Uruguay, Brasil o Argentina, se romperían las relaciones hasta que se retracte el país atacante.
Todo esto se debe a la información que el presidente colombiano Alvaro Uribe se comprometió a enviar a Ecuador. Esto lo hizo en Santo Domingo durante la Cumbre del Grupo de Río, la cual no ha llegado todavía. Esto causa confusión en los informes realizados por parte de las Fuerzas Aéreas ecuatorianas, ya que ellos afirman que las bombas lanzadas no eran de producción colombiana por lo que se cuestionan si en verdad fueron enviadas por Estados Unidos.
Correa protestó por la campaña internacional que vincula a su gobierno con las FARC. Insiste que mientras no se cumplan los requisitos preestablecidos por dichos países, no se reestablecerán las relaciones.
El presidente ecuatoriano cuestionó el hecho de que funcionarios colombianos mantengan el derecho de perseguir a “terroristas, como les llaman, en cualquier parte del mundo”. El mandatario ecuatoriano vincula este método al mismo que utilizaba el ex presidente estadounidense George Bush.
Por su parte, Fernando Lugo, presidente de Paraguay, estableció que la “calumnia, la descalificación y la arrogancia” son la forma en que los sectores de oposición actúan. Dice también que “ambos países provienen de un pasado común y de la lucha por su independencia, pero atribuyen al mismo tiempo el dolor desesperado que la historia les dejó.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo ayer en Asunción durante la visita de estado, con Fernando Lugo, presidente de Paraguay, que “su país sufrió un ataque de forma totalmente traicionera por parte del gobierno Colombiano”.
A partir del ataque de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a territorio Ecuatoriano el pasado 1 de marzo del 2008, las relaciones entre Colombia y Ecuador se han visto totalmente afectadas.
Correa dijo que no se pueden tolerar actitudes de esa naturaleza “pese al espíritu integrador”. Además, puso como ejemplo que si a Paraguay lo hubiese atacado Uruguay, Brasil o Argentina, se romperían las relaciones hasta que se retracte el país atacante.
Todo esto se debe a la información que el presidente colombiano Alvaro Uribe se comprometió a enviar a Ecuador. Esto lo hizo en Santo Domingo durante la Cumbre del Grupo de Río, la cual no ha llegado todavía. Esto causa confusión en los informes realizados por parte de las Fuerzas Aéreas ecuatorianas, ya que ellos afirman que las bombas lanzadas no eran de producción colombiana por lo que se cuestionan si en verdad fueron enviadas por Estados Unidos.
Correa protestó por la campaña internacional que vincula a su gobierno con las FARC. Insiste que mientras no se cumplan los requisitos preestablecidos por dichos países, no se reestablecerán las relaciones.
El presidente ecuatoriano cuestionó el hecho de que funcionarios colombianos mantengan el derecho de perseguir a “terroristas, como les llaman, en cualquier parte del mundo”. El mandatario ecuatoriano vincula este método al mismo que utilizaba el ex presidente estadounidense George Bush.
Por su parte, Fernando Lugo, presidente de Paraguay, estableció que la “calumnia, la descalificación y la arrogancia” son la forma en que los sectores de oposición actúan. Dice también que “ambos países provienen de un pasado común y de la lucha por su independencia, pero atribuyen al mismo tiempo el dolor desesperado que la historia les dejó.